21 noviembre, 2011

UN GRAN DESPISTE

En esta entrada no voy a publicar ninguna receta. Solamente es para hacer algunas aclaraciones que se me habían olvidado de la entrada anterior. Menos mal que para eso estáis vosotros, y gracias a  Labidú me ha dado cuenta que me faltaron un par de consejos que son fundamentales en la fabada. Como ya os comenté es muy importante que la fabada se cocine con mucho mimo y a fuego muy lento y es también muy importante que de vez en cuando le demos un meneo suave a la pota, para que el caldín vaya engordando. Si vemos que se nos va secando y queda con poco líquido le vamos añadiendo poco a poco agua hirviendo para que la fabada no rompa el hervor y consigamos que las fabas nos queden caldosas a nuestro gusto (Labidú me indicaba que ella añade agua fría, pero yo en casa siempre veo a mi madre echar agua caliente, pero ya sabéis, cada cocinera usa sus trucos y el resultado sigue siendo igual de bueno).

De todas formas, estas aclaraciones ya las he incorporado a la receta original, pero como muchas ya las habéis leído, no me gustaría que se quedasen olvidadas.  

Deciros también, que a veces doy por sentado cosas que doy por sabidas, y se me olvida que esto lo lee mucha gente, yo no estoy acostumbrada a redactar ni que mis recetas se vean públicas, así que, como en este caso, os agradezco infinito que me lo hagáis saber tanto en vuestros comentarios como en correos personales. Para mí esto es muy importante, primero porque veo que os leéis mis recetas y  dedicáis vuestro tiempo a "escuchar" lo que "cuento"  y además porque no me gustaría que alguien confiara en mi para hacer una receta y por un despite, que últimamente tengo muchos, el resultado no fuera el que esperaba.

Así que desde aquí muchísimas gracias.