Es una receta sencilla, muy sencilla, pero un poco delicada para hacer dos cositas. Primero hay que tostar la harina y aquí es donde tuve yo la gran duda ¿hasta dónde había que tostarla? No me podía pasar pero tampoco quedarme corta. Y el otro problema es a la hora de manejarlos para ponerlos sobre la rejilla, se rompen con muchísima facilidad, hay que hacerlo con sumo cuidado. Por lo demás, os aseguro que no tiene ninguna complicación
750 gr. de harina.
350 gr. de manteca de cerdo.
150 gr. de azúcar glass.
Una copa de ron
2 cucharadas de canela molida
Azúcar glass para decorar.
Semillas de sésamo.
PREPARACIÓN:
Doramos la harina en una sartén (al ser mucha cantidad yo la puse en dos porque si no tarda mucho en dorarse) durante aproximadamente 1 hora hasta conseguir un color doradito.
Os pongo esta foto para que veáis la diferencia entre la harina tostada y sin tostar.
En un recipiente batimos con las varillas eléctricas la manteca con el azúcar hasta conseguir que quede espumoso. A continuación añadimos la canela y el ron y batimos otro poco.
Vamos añadiendo poco a poco la harina y amasamos con las manos hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
Dejamos reposar unos 20 minutos en la nevera y tapado.
Encendemos el horno a 180-190º.
Mientras calienta el horno vamos haciendo los polvorones. Colocamos la masa encima de la meseta de trabajo y con la ayuda del rodillo la extendemos hasta conseguir un espesor de aproximadamente 1.5 cm. (si os gusta más gorditos la dejaremos a 2 cm.). Los cortamos con un cortapastas (aunque también se pueden moldear con las manos) y los vamos colocando sobre la bandeja del horno que previamente habremos cubierto con papel vegetal. No hace falta colocarlos muy separados porque no crecen en el horno.
Los espolvoreamos con las semillas crudas de sésamo y los dejamos cocer unos 15 minutos.
Cuando los polvorones estén dorados y al presionarlos se deshagan los sacamos y con mucho cuidado los colocamos sobre una rejilla para que enfríen.
Una vez fríos se pueden espolvorear con azúcar glass.
Los envolvemos en papel de seda.