Este es uno de los dulces típicos de Pascua en Avilés que solemos preparar siempre por estas fechas, aunque la ventaja de hacerlas en casa es que las puedes disfrutar todo el año.
La receta es de mi madre, de esas que ella hace de memoria y que corren mucho riesgo de perderse. Yo no la tenía anotada, porque cuando las preparo siempre le pregunto a ella, por eso tenía muchas ganas de publicarla y por supuesto para darla a conocer, Es un dulce muy nuestro y que me gustaría que lo probáseis, estoy segura que no os va a defraudar.
Esta vez las hemos preparado entre mi madre, mi hermana y yo. Mi madre explicándome e indicándome cómo tenía que hacerlas, yo amasando y mi hermana rozándolas y dándole forma; a mí esto me resulta muy complicado, no soy muy hábil para hacerlas y realmente es muy importante conseguir una forma bonita, que la flor quede bien redondita y no chafada y ahí está el truco para que nos entren por los ojos.
Os animo a que las preparéis, su intenso sabor a manteca os va a encantar.
INGREDIENTES: (para 18 marañuelas)
1 huevo y 7 yemas
400 gr. de manteca
400 gr. de azúcar
8 pizcas de sal
La ralladura de un limón
Zumo de medio limón
Agua (la cantidad de claras en agua)
3 cubitos de levadura fresca
1 kg y 700 gr. de harina
PREPARACIÓN:
En un cazo echamos la mantequilla y la ponemos a cocer durante unos 10 minutos a fuego muy bajo. Le quitamos la espuma y la dejamos enfriar un poco.
Empezamos por separar las yemas de las claras. Las claras las echamos en un cuenco para medirlas, y las sustituimos por la misma cantidad de agua.
En un bol grande echamos el huevo entero, las 7 yemas, el azúcar, la ralladura de limón, la sal, la levadura desmenuzada y el agua. Amasamos directamente con las manos. Cuando esté más o menos integrado añadimos la manteca y seguimos amasando. Vamos incorporando la harina por tazas y seguimos amasando con las manos hasta conseguir una masa manejable.
Enharinamos bien la meseta y volcamos la masa para continuar trabajándola hasta conseguir que nos quede muy fina. La cantidad de harina que indico es orientativa, si es necesario añadimos más o menos.
Una vez esté la masa muy fina la colocamos de nuevo en el bol y la tapamos con un paño. Con un dedo hacemos 4 agujeros para marcarla.La dejamos reposar unas 5 horas. Pasado este tiempo los agujeros que marcamos casí habrán desaparecido, señal de que ha subido lo suficiente.
Encendemos en horno a 200º en posición arriba y abajo.
Encendemos en horno a 200º en posición arriba y abajo.
Sacamos la masa del bol. La troceamos en porciones que podamos manejar, como si fuésemos a hacer bollos, las rozamos y las dejamos reposar unos 10 minutos, tapadas con un paño.
A continuación vamos a darle forma, y aquí está mi gran problema ya que es un pelín complicado. Ladeamos las bolas y con el canto de la mano la apretamos, deslizando la mano sobre la masa.
Le damos forma haciendo dos partes, la de arriba más pequeña que la de abajo. Las ponemos otra vez de pie y aplastamos un poco por arriba.
Le damos cuatro cortes más o menos a la misma distancia. Las tapamos y dejamos reposar tapadas otros 10 minutos.
Le damos forma haciendo dos partes, la de arriba más pequeña que la de abajo. Las ponemos otra vez de pie y aplastamos un poco por arriba.
Le damos cuatro cortes más o menos a la misma distancia. Las tapamos y dejamos reposar tapadas otros 10 minutos.
Las pincelamos con clara de huevo batida y las metemos en el horno hasta que estén con buen color, aproximadamente unos 30 minutos. No es necesario pincelarlas, es opcional, lo único es que le da más brillo, si os fijáis en las fotos unas las pincelé y otras no.
Las sacamos y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Un dulce casero para disfrutar con un buen café o chocolate. Espero que os gusten.
Además, con esta receta participo este mes en el Recetario Mañoso, dedicado a recetas de Cuaresma. Muchas gracias Pilar por tu invitación.