Para los que nos
gusta el dulce, la bollería, los pasteles..., tener la posibilidad de hacerlos
en casa es un privilegio, pero se necesita la receta adecuada, la explicación
completa y correcta, y yo en este caso lo he conseguido. Siempre tuve ganas de
hacer hojaldre casero, y lo intenté en un par de ocasiones pero el resultado
fue mediocre; sí la masa era aceptable pero distaba mucho de parecerse al
hojaldre. Así que cuando se lo vi a Nieves me guardé la receta como si fuese un
tesoro, pero seguía sin atreverme, me resultaba complicadísimo, hay que
respetar los tiempos de reposo, ser muy pulcra a la hora de los giros, los
dobleces y los estirados, vamos que es
una masa que hay que cuidar y de la que hay que estar pendiente. Aunque el
resultado merece la pena, os lo aseguro, unos croissants suaves por dentro, con sabor a mantequilla, con la última capa de hojaldre
crujiente y dulce. Os animo a que lo intentéis.
Y os animo también
a que visitéis el blog DULCE Y SALADO, si todavía no lo conocéis no sabéis lo que os estáis perdiendo. Tiene
una gran variedad de recetas todas explicadas al detalle, hechas con mimo y es especialmente hábil para
las masas como ésta, seguro que os lleváis más de una de sus fantásticas
recetas.
De su receta solo
he variado la forma de añadir la levadura (yo la disuelvo en la leche), la
cantidad de harina que eché al principio y la temperatura del horno. El resto
es literal.
INGREDIENTES:
500 gr. de harina
de fuerza
Un cubito de
levadura de panadería
70 gr. de azúcar
100 ml de leche
160 ml. de agua
½ cucharadita de
sal
280 gr. de
mantequilla
Para pincelarlos:
1 yema de huevo
30 ml. de leche
Azúcar glass
PREPARACIÓN:
En un cuenco
echamos el agua y desmenuzamos el cubito de levadura. Revolvemos bien para que
la levadura se disuelva.
En un fuente
echamos la harina (unos 450 gr.), el azúcar, la sal, la leche, revolvemos y
después incorporamos el agua con la levadura. Lo mezclamos todo bien.
Enharinamos la
meseta, volcamos la masa y amasamos, ayundándonos con el resto de la harina, unos 5
minutos. Volvemos a enharinar la meseta
(limpia), dejamos ahí la masa y la tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar
unos 5 minutos.
Amasamos de nuevo
unos 2-3 minutos y volvemos a dejar la masa en reposo tapada con el paño húmero
otros 5 minutos. Repetimos esto unas 4-5 veces hasta que la masa quede muy
fina.
Untamos
un bol amplio con un poco de mantequilla o aceite, metemos dentro de la masa,
la tapamos de nuevo con el paño húmedo y la dejamos reposar una hora en la nevera.
Mientras
tanto, colocamos la mantequilla fría entre dos plásticos, con ayuda de un
rodillo le damos unos golpes y la estiramos hasta conseguir un rectángulo de 20
x 26 cm .
La metemos así en la nevera (entre los plásticos).
Hasta aquí todo
bien, lo complicado para mí empieza ahora. Y como era la primera vez que lo hacía me tenéis que disculpar por no hacer el paso a
paso que es fundamental. Pero como el de Nieves es impecable, aquí os dejo el
enlace para que lo sigáis.
Poner todo el
proceso en texto se hace demasiado pesado, lo que realmente es importante
son las imágenes para tener claro cómo se maneja.
Solo indicaros que
yo los horneé a 190º en posición arriba y abajo, el tiempo aproximadamente 15
minutos, hasta que se quedaron bien dorados (pero como siempre esto dependerá
de cada horno).
Al hornearlos se me
formó un charco de mantequilla alrededor de cada croissant y bien creí que todo
el trabajo había sido inútil, pero no os asustéis si os pasa, al final quedaron
buenísimos.
Con ayuda de una
espátula los vamos colocando sobre una rejilla para que enfríen.