El resultado es un dulce casero tradicional muy rico que duró un suspiro, buena señal.
Isabel tiene un blog fabuloso, muy cuidado, con unas fotografías guapísimas, unas presentaciones impecables y unas recetas muy interesantes y variadas, una cocina tradicional con un punto novedoso, y por supuesto con su toque personal, os gustará, seguro.
Aquí os dejo su receta.
INGREDIENTES:
30 ml. de leche
75 gr. de manteca o mantequilla
2 huevos
350 gr. de harina de repostería (yo necesité más harina que Isabel)
Ralladura de limón
1/2 sobre de levadura Royal
50 ml. de anís
2 pizcas de sal
30 ml. de leche
75 gr. de manteca o mantequilla
2 huevos
350 gr. de harina de repostería (yo necesité más harina que Isabel)
Ralladura de limón
1/2 sobre de levadura Royal
50 ml. de anís
2 pizcas de sal
PREPARACIÓN:
Derretimos la mantequilla, no hace falta que quede líquida, es
suficiente con el punto de pomada.
En un bol ponemos todos los ingredientes (excepto la harina y la
levadura) y con las varillas manuales lo batimos hasta que se mezcle todo bien.
Después añadimos la levadura, batimos y por último la harina en varias tandas.
Cuando tengamos una masa un poco firme, espolvoreamos la meseta de trabajo con
harina y volcamos la masa. Lo amasamos bien unos 6-8 minutos hasta conseguir
que quede fina.
La metemos en un bol (untado con mantequilla derretida), lo tapamos con
un paño y lo dejamos reposar unas 3 horas, no sube, pero sí es necesario para
que le levadura actúe.
Pasado este tiempo, sacamos la masa del bol. Untamos con aceite toda la
meseta de trabajo. Cogemos porciones pequeñas de pasta, la estiramos hasta
conseguir una masa muy fina, la cortamos a gusto, yo cuadradas y las vamos
colocando en la meseta, hasta terminar con la pasta.
Ponemos aceite en una sartén. Cuando esté caliente, vamos friendo las
orejas, el fuego tiene que estar bastante fuerte y freírlas hasta conseguir un
buen color dorado, pero sin que estén demasiado tiempo en el fuego. Lo ideal es
que una persona vaya haciendo las orejas (en este caso yo) y otra vaya
friéndolas al tiempo (en este caso conté con la inestimable ayuda de mi hermana
que se ofreció voluntaria para hacerlo, y con lo poco que me gusta a mí freír,
la colaboración me vino de perlas).
Las vamos pasando a un plato cubierto con papel absorbente, una vez
hayan secado un poco las pasamos para una fuente y las espolvoreamos con azúcar
glass (esta tarea le tocó a mi madre, que también se ofreció voluntaria).