El año pasado fue la primera vez que me atreví con este dulce de navidad, son bastante sencillos de hacer, solo hay que tener un poco de paciencia para tostar la harina; aunque se puede tostar en el horno yo lo hago en sartén y lleva un poco más de tiempo, pero el resto de la receta es bien fácil. Así que partiendo de la receta original en estos solo añadí avellana, y la verdad es que ganan en sabor. Así que os invito a que los hagáis, os gustarán.
INGREDIENTES:
150 gr. de avellanas tostadas
185 gr. de manteca de cerdo ibérico
375 gr, de harina
Un chorrito de licor
75 gr. de azúcar glass (más un poco para decorarlos)
1 cucharadita de canela
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será tostar la harina, tiene que quedar un color un poco dorado aquí os dejo otra receta de polvorones para que veáis la diferencia de color. La dejamos enfriar y la tamizamos.
Después trituramos 100 gr. de avellanas hasta conseguir una especie de masa. El resto (50 gr.) las molemos toscamente, para que nos queden a trocitos.
En un bol grande echamos la manteca con el azúcar y lo batimos con las varillas eléctricas en posición 1 hasta que quede espumoso, después añadimos el licor y la canela; después los 100 gr. de avellanas molidas hasta que esté todo bien incorporado. A continuación, vamos añadiendo la harina, lo podemos amasar directamente con las manos hasta conseguir una masa que no se pegue. Ahora añadimos las almendras en trocitos. Lo tapamos con papel film y lo dejamos reposar unos 20 minutos.
Espolvoreamos la meseta con harina (tostada si es posible), colocamos la masa encima y la extendemos con un rodillo. Con un cortapastas (el que más os guste, también vale un vaso) hacemos los polvorones como si fuesen galletas. Los vamos colocando sobre la bandeja del horno que habremos cubierto con papel vegetal y las cocemos unos 15 minutos. Los sacamos los dejamos enfriar 5 minutos y después los pasamos a la rejilla para que enfríen.
Una vez que estén bien fríos espolvoreamos con azúcar glass. Los envolvemos en papel de seda y si es posible los dejamos reposar dos días, estarán más ricos.
Una vez que estén bien fríos espolvoreamos con azúcar glass. Los envolvemos en papel de seda y si es posible los dejamos reposar dos días, estarán más ricos.
Aquí os dejo unas cajas que hizo mi hermana, le quedaron preciosas, verdad?