Tengo una asignatura pendiente: los bizcochos. Suspenso tras suspenso y de vez en cuando a fuerza de insistir, consigo un aprobado. Es un bizcocho básico, según dicen fácil de hacer, pero a mí me quedada pésimo, y yo que soy un poco testaruda nunca me di por vencida. Y no sabéis la alegría que da cuando consigues los resultados que esperas con algo que se te resiste.
No sé el motivo de todos los continuos fracasos que siempre tuve con los bizcochos así que probé a hacerlo totalmente diferente y a utilizar una harina especial bizcochos y quizás ahí está el truco. Es una harina que se llama así y que lleva la levadura incorporada, aún así yo añadí un poco más, por si acaso. Y la verdad es que el resultado me gustó mucho, y a partir de ahora probaré con otras recetas para ver si ahí estaba el problema.
INGREDIENTES:
3 huevos
1 yogur
Aceite (1 medida de yogur)
Azúcar (2 medidas de yogur)
Harina especial bizcocho (3 medidas de yogur)
1 cucharadita de levadura Royal
Ralladura de limón
PREPARACIÓN:
Encendemos el horno a 175º.
Para batirlo utilicé las varillas eléctrivas.
Separamos las claras de las yemas y las batimos a punto de nieve firme.
Separamos las claras de las yemas y las batimos a punto de nieve firme.
Batimos las yemas con el azúcar hasta que espumen. Después añadimos el yogur y batimos 2 minutos. A continuación el aceite y batimos otros 2 minutos más. Añadimos la harina en tres tandas (yo utilicé la medida de yogur para incorporarla poco a poco) y después la levadura y la ralladura de limón. Batimos hasta que esté todo bien incorporado, más o menos 6 minutos. Por último mezclamos las claras de huevo, ahora ya con las varillas manuales con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que no bajen.
Untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos con harina. Vertemos la preparación en el molde y cocemos hasta que veamos que tiene un color dorado. Aproximadamente 35 minutos. Lo pinchamos para comprobar que esté cocido (tiene que salir limpio) y lo dejamos enfriar dentro del molde sobre una rejilla. Cuando veamos que está tibio (una hora) lo desmoldamos y lo colocamos de nuevo sobre la rejilla hasta que enfríe completamente.