Una tarde de domingo en casa. Lo mejor de todo preparar una buena merienda. Hoy toca rosquillas. Una receta sencilla, rápida, de esas que no tienes que mirar el recetario. Se hace de memoria. Además tenía antojo, así que manos a la obra.
INGREDIENTES:
3 huevos.
6 medidas de aceite (al cascar el huevo se utiliza la mitad de la cáscara para tomar las medidas; es decir 6 medias cáscaras).
6 medidas de azúcar
3 pizcas de sal.
Un chorrito de licor ( a mí me gusta el anís) al gusto.
2 cucharaditas de Royal.
Ralladura de 1/2 limón.
Harina, lo que lleve. Yo utilizo un truco que a mí me gusta mucho y es sustituir un poco de harina por maizena. Para esta cantidad echo aproximadamente una taza de harina de maíz).
Aceite para freír.
Azúcar glass.
PREPARACIÓN:
Se echan en una fuente los huevos, el aceite, el azúcar, la sal, el licor, la ralladura de limón y se mezcla un poco.
Después se incorpora la maizena, el Royal y se bate otro poco. A continuación ponemos la harina poco a poco. Cuando vaya cogiendo consistencia se echa encima de la meseta y se amasa con las manos, se añade la harina en pequeñas cantidades hasta conseguir una masa suave pero que no se pegue a las manos.
Se pone en un cuenco tapado con un paño y se deja reposr unos 20 minutos.
Se les de forma de rosquillas, primero se hace una especie de churro y después se enrolla. Yo prefiero que queden un poco gorditas, pero cada uno que las haga como más les gusta.
Se fríen en abundante aceite a fuego medio hasta que cojan un color doradito.
Se sacan de la sartén y se ponen a escurrir en un plato con papel absorbente. Todavía tibias se pasa por el azúcar glass.
Y a comer que ya veréis lo sencilla que es.
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