Todo lo que lleve queso y se gratine en el horno me encanta, tanto unos macarrones como una coliflor o como estos champiñones, que resultan un entrante riquísimo. A la hora de comprarlos es conveniente que sean grandes ya que al hornearlos menguan mucho y si son pequeños se reducen bastante y lleva más tiempo rellenarlos. Ahora si los queremos para un picoteo y que sean de bocado, los pequeños son perfectos.
En esta ocasión utilicé para el relleno un poco de berenjena asada que me había sobrado pero se puede prescindir de ella, o añadirle pimiento, calabacín..., lo que os guste.
INGREDIENTES.
20 champiñones
1 diente de ajo
4 lonchas de jamón serrano
2 cucharadas de salsa de tomate casero
2 rodajas de berenjena asada (opcional)
2 cucharadas de aceite
Queso rallado
PREPARACIÓN:
Encendemos el horno a 180º en posición arriba y abajo.
Lo primero que haremos será limpiar los champiñones. Le quitamos el pedúnculo y lo pelamos. Los colocamos sobre una fuente apta para el horno, los pincelamos con un poco de aceite y reservamos.
Una vez caliente el horno introducimos la bandeja con los champiñones y los cocemos unos 10 minutos.
Mientras tanto vamos preparando el relleno.
A los pedúnculos le cortamos la parte que tiene tierra, los pasamos por agua, los escurrimos y los secamos bien. Los picamos muy menudos.
En una sartén ponemos un poco de aceite, cuando esté caliente echamos los ajos muy picados, después los tallos de los champiñones, los dejamos que se hagan un par de minutos y después incorporamos el jamón también picado muy pequeño, la berenjena asada y la salsa de tomate. Dejamos que se vaya haciendo todo junto muy despacio.
Sacamos los champiñones del horno y los rellenamos con el sofrito de la sartén, los cubrimos de queso rallado y los metemos de nuevo en el horno hasta que el queso se funda y empiece a dorarse (otros 10 minutos más o menos). Los pinchamos para ver si están tiernos.
Se sacan del horno y se sirven calientes.