Lo primero que quiero comentaros es que esta receta no la preparé yo, la hizo mi hermana; y la condición que me puso para publicarla es que tenía que quedar muy claro quién era la autora, así que dicho está.
La verdad es que le quedan de lujo, crujientes, sabrosos, vamos, en su punto.
Único inconveniente es que hay que tener una churrera, por lo demás poco complicada.
INGREDIENTES:
(para 4 personas)
3 tazas de agua.
3 tazas de harina.
Una tajada de mantequilla.
3 pizcas de sal.
Aceite para freír (se puede utilizar de oliva o de girasol, ésta última le da menos sabor a los churros).
ELABORACIÓN:
Se pone el agua a hervir a fuego fuerte, cuando ya esté en ebullición bajamos el fuego (sin que pare de hervir) se echa la mantequilla y la sal.
Cuando se funda la mantequilla se echa de golpe la harina, se retira del fuego y se bate con fuerza, hay que conseguir que la masa quede muy fina.
Sin esperar a que enfríe se mete en la churrera y se fríe en aceite bastante caliente. Lo ideal es empezar a echar la masa en el centro y hacer una espiral con ella.
Se saca para un plato con papel absorbente, para que suelte un poco el aceite. Todavía calientes de cortan con tijeras o a mano y se espolvorea con abundante azúcar.
Espero que os gusten.
Para acompañar un buen chocolate o un café recién hecho.
