Hoy os traigo un bizcocho muy rico y muy sencillo de hacer.
Creo que todo el mundo conoce la receta de bizcocho con yogur, pues ésta todavía es más sencilla de hacer y a mí personalmente me gusta más. El resultado es fabuloso, tiene un sabor muy delicado y una textura exquisita.
Es ideal para un desayuno o merienda de fin de semana, disfrutarlo sin prisas y acompañarlo con todo lo que queráis. Va bien con todo.
El único inconveniente que veo es que no siempre tenemos los ingredientes en casa, por lo menos yo, así que hay que programar previamente la compra. Necesitamos un bote de leche condensada y harina con levadura; yo la compro en una gran superficie, aunque no todos los supermecados la tienen, así que os toca buscar un poco para comparla.
Bueno ya os pongo la receta.
INGREDIENTES:
Un bote de leche condensada de 370 gr.
120 gr. de harina con levadura.
4 huevos.
50 gr. de mantequilla.
PREPARACIÓN:
Encendemos el horno y lo programamos a 180º.
Lo primero es derretir la mantequilla para que esté fría cuando la necesitemos.
Después ponemos en el bol donde lo vayamos a preparar la leche condensada, y vamos echando los huevos uno a uno batiéndolos con las varillas (es muy importante que no echéis el siguiente huevo hasta que el anterior esté bien incorporado).
A continuación vamos añadiendo la harina, también poco a poco, no se echa toda a la vez. Una vez que está bien batido y la mezcla esté cremosa echamos la mantequilla derretida y fría y seguimos batiendo.
Untamos un molde (rectangular y de 22 cm.) con mantequilla y lo enharinamos para que el bizcocho no nos pegue.
Lo horneamos durante aproximadamente unos 40 minutos. Siempre se aconseja no abrir el horno hasta que veamos que está casi hecho, así hay que esperar unos 30 minutos para mirarlo. Lo pinchamos con un palillo, si vemos que sale seco está cocido y si no, lo dejamos un poco más. Y listo.
