Esta semana ha sido el cumpleaños de mi madre. Los que me seguís, sabéis que la mayor parte de las recetas de este blog proceden de su cocina, algunas hechas por ella y otra por mí, pero respetando cada detalle de la original. Siempre he tenido el referente de mi madre en la cocina, preparando los cocidos y los guisos con un mimo especial y esmerándose en preparar los dulces tradicionales para meriendas y domingos, haciendo de la repostería casera una auténtica delicia. Para mí es la mejor maestra que he podido tener y aunque no llego a su altura siempre procuro aprender de su buen hacer en los fogones.
Para esta celebración he preparado una tarta que en casa gusta mucho, es una tarta contundente, para comer en pequeñas dosis, pero como aguanta muy bien, después de dos días aún está más rica.
Os dejo la receta.
Y aquí la anfitriona.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
5 huevos
160 gr. de azúcar
160 gr. de harina
1 cucharadita de levadura Royal
2 cucharadas de leche
Para el mazapán de relleno:
200 gr. de almendra molida
125 gr. de azúcar glass
2 claras de huevo
Para el mazapán:
350 gr. de almendra molida
200 gr. de azúcar glass
1 clara y media de huevo
Para la crema pastelera:
350 ml. de leche
70 gr. de azúcar
4 yemas de huevo
4 cucharadas rasas de maizena
Un toque de canela molida
Un toque de canela molida
Para el almíbar:
Una taza grande de agua
2 cucharadas de azúcar
Un chorro de vino semidulce
Canela, limón (opcional)
PREPARACIÓN:
Lo primero será hacer el bizcocho. Encendemos el horno en posición arriba y abajo a 180º.
Separamos las claras de las yemas. Batimos las claras a punto de nieve fuerte (con las varillas eléctricas a máxima potencia). Reservamos.
En un bol aparte trabajamos las yemas con el azúcar hasta que estén cremosas (con las varillas eléctricas a potencia baja, en posición 1). Añadimos la harina tamizada con la levadura en polvo en varias tandas; si vemos que al ir añadiendo la harina nos queda demasiado espesa y nos cuesta trabajarla añadimos una cucharada de leche o dos. Por último incorporamos las claras montadas con movimientos envolventes para que no se bajen (esto lo hacemos ya con las varillas manuales).
Forramos la placa del horno con papel vegetal. Vertemos la preparación del bizcocho y lo dejamos cocer durante unos 12-14 minutos aproximadamente. Tiene que quedar un de un color dorado claro, y firme al tacto.
Lo sacamos del horno y según están, sin desmoldarlo lo cubrimos con papel film, de tal forma que toque y cubra todo el bizcocho, así conseguimos que no pierda la humedad. Lo dejamos enfriar completamente.
Para el almíbar:
En un cazo ponemos a cocer el agua, el vino, el azúcar y si queremos aromatizarlo la canela y el limón. Lo dejamos cocer unos 15 minutos a fuego suave. Reservamos tapado.
Ahora vamos con la crema pastelera.
De los 350 ml. de leche separamos una taza. En esta taza echamos las yemas y la maizena y con las varillas manuales removemos bien. Ponemos a hervir el resto de la leche con la canela molida y el azúcar.
Cuando la leche haya hervido unos 3-5 minutos, la apartamos del fuego, la dejamos entibiar unos 2 minutos y vamos vertiendo en ella poco a poco el contenido de la taza y removemos bien con las varillas mientas lo vamos vertiendo.
Lo ponemos otra vez al fuego, tenemos que remover la mezcla continuamente para que no se nos haga grumos y no se pegue. Cuando empiece a espesar y haya cocido unos 3-4 minutos la apartamos La echamos en un plato o fuente y lo tapamos con papel film, de forma que toque la crema para que no se nos haga costra. Reservamos.
Ahora vamos a preparar los dos mazapanes.
Para el relleno: en una bol amplio mezclamos la almendra y el azúcar. Después echamos una clara, con una espátula removemos bien para que se integre la clara. A continuación echamos la otra, si vemos que con la primera ha conseguido una textura ya blanda no echamos la segunda entera, echamos la mitad y mezclamos bien. Si fuese necesario incorporamos lo que nos queda de clara. Tiene que quedar una textura así:
Para el mazapán de cobertura.
Se procede igual que en el anterior. Primero mezclamos la almendra con el azúcar y después incorporamos las clara. Aquí tenemos que conseguir una masa tipo mazapán, mucho más dura que la anterior. Os dejo una foto para que veáis cómo debe quedar:
Una vez que el bizcocho esté frío quitamos el plástico y lo mojamos bien con el almíbar. Lo pinchamos por varios puntos, con un pincel o con una cucharilla vamos mojándolo procurando empaparlo por todos los lados igual. Con las cantidades que he puesto queda húmedo como nos gusta en casa, pero si os gusta bien empapado tendréis que utilizar más cantidad de almíbar.
Ahora ya solo queda montar la tarta.
Dividimos la plancha de bizcocho en tres partes. Yo como la quería cuadrada, hice dos cuadrados y dos rectángulos (los dos juntos tenían el mismo tamaño de un cuadrado).
Elegimos la fuente o plato en el que vamos a montar la tarta. Ponemos una blonda y después cubrimos con papel albal los bordes del fondo (esto nos ayuda a no manchar la blonda).
Colocamos uno de los bizcochos, lo cubrimos con la crema pastelera.
Encima ponemos otro bizcocho y lo untamos bien con el mazapán.
Ponemos de nuevo otra capa de bizcocho.
Ahora preparamos la cobertura.
Espolvoreamos la meseta con un poco de azúcar glass. Con ayuda de un rodillo extendemos el mazapán de cobertura, tenemos que conseguir un tamaño que nos cubra toda la tarta (la parte superior y todos los bordes hasta abajo). Una vez extendida nos ayudamos de una espátula para levantar con cuidado el mazapán. Colocamos el rodillo en uno de los extremos enroscamos alrededor el mazapán, levantamos con cuidado apoyando el mazapán en la otra mano y colocamos sobre la tarta. Fijamos bien la parte superior y las esquinas, recortamos los sobrantes.
Espolvoreamos la tarta con abundante azúcar glass y con un soplete hacemos unos dibujos para decorarla.