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23 julio, 2017

ARBEJOS CON CARNE GUISADA



Esta es una de esas recetas que me encanta cocinar y con este verano otoñal que tenemos podemos seguir disfrutando de platos de cuchara tan sanos y nutritivos como éste. Yo suelo utilizar muchas veces jamón fresco en lugar de ternera, me resulta más sabroso, pero eso ya va en gustos.

Cuando guiso carne hago cantidad suficiente para que sobre, la congelo en tuper pequeños y me resulta muy socorrido para recetas posteriores (empanada, patatas con carne, arroz, menestra... o incluso con puré de patatas o patatas fritas, va con todo).

Espero que os guste.
 
 
INGREDIENTES:

Carne guisada (podéis ver aquí la receta)
Un kilo aproximadamente de guisantes frecos (pesados con la vaina)
2 patatas medianas
Caldo casero o agua
Sal
Azafrán

PREPARACIÓN:

Quitamos la vaina a los guisantes y reservamos (esto también se puede hacer con antelación o bien una vez quitadas las vainas podemos congelar para tener siempre a mano guisantes de calidad).

Como ya tenemos el jamón guisado se nos simplifica muchísimo la receta. Retiramos la carne y ponemos a calentar la salsa. 

Pelamos las patatas, las lavamos y picamos (las cascamos, es decir no llegamos a cortar del todo la patata, si no que le hacemos un corte y después rompemos la patata, esto hará que nos engorde un poco el caldo).

Mientras tanto  escaldamos los guisantes en agua hirviendo unos 2 minutos (ponemos una pota amplia con agua y sal, cuando esté hirviendo añadimos los guisantes y cocemos 2 minutos). Escurrimos y volcamos sobre la salsa caliente, bajamos el fuego y rehogamos con suavidad. Añadimos las patatas troceadas y seguimos rehogando unos 5 minutos más o menos. Pasado este tiempo vertemos el caldo o agua caliente hasta cubrir los guisantes (solo cubrir). Añadimos el azafrán (previamente tostado), un poco de sal, tapamos y dejamos hacer a fuego muy, muy suave.

A media cocción añadimos la carne guisada, seguimos cociendo hasta que los guisantes estén tiernos. 


17 mayo, 2015

FABAS CON BERBERECHOS

Como por el norte aún no nos sofoca el calor todavía podemos disfrutar de platos de cuchara. En este caso unas fabas con berberechos, un plato sencillo que como todos los de este tipo son perfectos para dejar preparados de un día para otro. Al menos tendremos que dejarlo reposar unas dos horas para que el plato gane en sabor y textura. 


INGREDIENTES:

400  gr. de fabas
400 gr. de berberechos
1 cebolla pequeña.
2 dientes de ajo
Vino blanco
Aceite de oliva
Caldo de pescado
Sal
Azafrán

PREPARACIÓN:

La noche anterior ponemos las fabas a remojo con abundante agua fría.

Al día siguiente sacamos las fabas del remojo y las echamos en una olla amplia, las cubrimos con el caldo de pescado frío, solo lo justo para que queden tapadas. Las ponemos al fuego y cuando empiecen a hervir las espumamos. Tapamos.

Mientras las fabas empiezan a hervir preparamos el sofrito. En una sartén echamos un buen chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente añadimos los dos dientes de ajo y la cebolla picado todo muy menudito y dejamos que se vaya haciendo muy despacio. Cuando lo tengamos bien pochado echamos el sofrito sobre las fabas y dejamos cocer aproximadamente una hora y media a fuego muy suave. Durante la cocción moveremos de vez en cuando la pota con movimientos circulares para que el caldo espese un poco y evitaremos revolver con cuchara. Añadimos también el azafrán (que pondremos a calentar sobre la tapa de la pota).

Vamos a limpiar los berberechos. En un bol amplio echamos los berberechos con agua y sal y los dejamos uno 15 minutos. Pasado este tiempo lo sacudimos bien para que suelte arena si la tiene y los volvemos a aclarar.

Aparte en una sartén echamos un poco de aceite, cuando esté caliente añadimos los berberechos y un chorro de vino blanco. Esperamos a que los berberechos se abran, los apartamos del fuego, tapamos y reservamos.

Cuando a las fabas le queden unos 10 minutos de cocción volcamos los berberechos en la pota y dejamos que se mezclen los sabores esos 10 minutos; si es necesario rectificamos de sal.




09 febrero, 2014

FABAS CON ALMEJAS

Reconozco que como más me gustan las fabas es con compango, nuestra fabada asturiana que forma parte de nuestra gastronomía y cultura. Pero también reconozco que con almejas, con langostinos o con verdura resulta más ligera y digestiva. Es tiempo de platos de cuchara, calientes, con caldo, para combatir el frío.

Las legumbres son básicas en nuestra dieta. Y este plato es ideal para disfrutar de una fabas sin excedernos con las grasas, solo lleva un poco de aceite de oliva y lo demás es caldo y almejas. El secreto: como siempre un fuego lento que mime la cazuela.

Espero que os guste.


INGREDIENTES:

1/2 kg. de fabas
400 gr. de almejas
Caldo de pescado (aquí os dejo la receta)
1/2 cebolla pequeña
2 dientes de ajo
Unas  ramas de perejil
Un sobre de azafrán
Vino blanco
Aceite
Sal

PREPARACIÓN:

La noche anterior pondremos las fabas a remojo, el agua tiene que cubrir completamente las fabas (como un palmo por encima de las fabas), ya que con el remojo éstas crecen bastante.

Al día siguiente haremos el caldo (también podemos prepararlo el día anterior o bien si lo tenemos congelado lo sacaríamos del congelador la noche anterior).

En una olla amplia ponemos las fabas, las cubrimos con el caldo que tiene que estar frío.

Picamos la cebolla  muy menuda, la echamos a la pota y añadimos un buen chorro de aceite de oliva.

Las tapamos y dejamos que se hagan aproximadamente entre dos horas y dos horas y media a fuego muy suave. Movemos la pota de vez en cuando. Durante la cocción pondremos el azafrán a calentar sobre la tapa de la pota, con los dedos apretamos para que se nos muela un poco las hebras y lo echamos a las fabas.

Cuando estén casi listas, preparamos las almejas.

Las lavamos bien. Para ello, las echamos en un bol con agua y sal, las dejamos unos 30 minutos, las movemos bien por si tienen algo de arena que las suelten, las aclaramos bien con agua fría.

En una sartén ponemos un poco de aceite, cuando esté caliente echamos el ajo muy picado, dejamos que se haga un poco a fuego muy suave pero que no coja mucho color. Cuando esté vertemos un chorro de vino blanco, esperamos a que se evapore el alcohol y añadimos el perejil picado. Lo dejamos cocer todo unos 5 minutos. Por último incorporamos las almejas, tapamos y esperamos a que se abran. Cuando estén abiertas volcamos todo sobre las fabas y dejamos que se haga unos 10-15 minutos, siempre a fuego muy lento.

Se sirven muy calientes.



02 diciembre, 2012

GARBANZOS CON ESPINACAS Y CALABAZA

Esta receta está sacada del blog de Aurora A comer y a callar, es un blog que conozco hace poco tiempo, con recetas buenísimas y muy variadas, si no lo conocéis asomaros a su cocina, os gustará. En esta receta tiene un paso a paso estupendo, así que arriba os dejo los enlaces que, como a mí, os servirán de gran ayuda.

Hice algunos cambios, pero la esencia de la receta es la misma. En casa los cocidos si no llevan un buen compango como que no agradan mucho, y mientras los estaba haciendo pensaba si iban a gustar o no, y para mi sorpresa encantaron. Y como además me regalaron dos calabazas inmensas aproveché este plato para probarlas. Para mí la calabaza es la gran desconocida, solo la utilizo para hacer pan, así que ya puestas a hacer un plato diferente pues nada mejor que estrenarla con este cocido, le va fenomenal.

El resultado es un plato de cuchara riquísimo, muy sano y que repetiré en más de una ocasión.


INGREDIENTES:

2 tazas (grandes) y media de garbanzos
300 gr. de espinacas
Un buen trozo de calabaza
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 rebanada de pan
5-6 cucharadas de salsa de tomate casera
Una cucharadita de pimento seco molido
Agua
Sal
Aceite

PREPARACIÓN:

El día anterior pondremos los garbanzos en abundante agua tibia con sal.

Al día siguiente lo primero que haremos será la salsa. En una pota echamos aceite, cuando esté caliente freímos la rebanada de pan. La sacamos y la reservamos. En el mismo aceite echamos el ajo y lo doramos bien, cuando haya cogido color añadimos la cebolla y dejamos que se haga bien, tiene que quedar también doradita. Después añadimos la salsa de tomate y la cucharadita de pimiento seco molido, el pan y vertemos un poco de agua. Dejamos que la salsa se haga durante unos 30-40 minutos más o menos a fuego suave. La pasamos por el pasapuré y reservamos.

Mientras la salsa se hace vamos a preparar la verdura. Le quitamos el tallo a las espinacas, lavamos bien, escurrimos y salteamos en una pota hasta que se hagan, en unos minutos estará lista. La ponemos a escurrir. Se pueden trocear con una tijea si os gustan más la verdura más picada.  

Lavamos la calabaza, la secamos, y la troceamos muy menudita (más o menos en cuadraditos de menos de 1 cm. 

En la olla rápida ponemos agua, cuando hierva echamos los garbanzos que habremos escurrido, cuando de nuevo vuelvan a hervir los espumamos. Con una garcilla sacamos el agua (si es que hemos echado más de la cuenta) hasta dejarla a ras de los garbanzos, añadimos la calabaza y la salsa. Salamos. Cerramos la olla y dejamos que se haga unos 40 minutos en posición 1 a fuego medio. Apagamos y cuando baje la válvula y se pueda abrir comprobamos cómo están. Hay que dejarlos un poco duros. Yo lo volqué todo en otra pota porque ahora añadiremos las espinacas y seguiremos cociendo con los garbanzos a fuego muy bajo otros 40 minutos más o menos para que se termine de hacer con las verduras. Rectificamos de sal.

Los dejamos reposar, mejor si es de un día para otro, la calabaza se deshace totalmente y lo que hace es espesar el caldo que queda estupendo.



El caldo tiene que ser el justo para que esté espeso y no nos quede demasiado líquido, aunque esto, como otras muchas cosas, va a gustos.




08 febrero, 2012

CHICHOS

Hoy os vuelvo a traer una receta de lo más sencilla. Los que me con frecuencia me visitáis os daréis cuanta que mi cocina es muy básica, recetas tradicionales, con ingredientes que hay en todas las neveras y despensas, sin complicaciones y válidas para todos los días,  exceptuando las de repostería que por lo menos a mí revisten más dificultad. Esta es la forma de cocinar y de comer que siempre vi en casa, sin condimentos, ni especias, no por ello descarto probar nuevos sabores pero siempre desde la tradición. Y como muchas recetas son heredadas pues con ellas heredé la misma forma de cocinarlas, como la que hoy traigo. Los chichos son unas fabas roxas, redondas y con un color muy particular, saben especialmente ricas sin que necesiten mucho para conseguir un plato delicioso. 

Os dejo la receta.



INGREDIENTES:

1/2 kg de chichos
4 dientes de ajo
1/4 cebolla
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1 chorro de aceite de oliva
1 chorro de vino blanco
Sal
Dos patatas pequeñas (opcional)

PREPARACIÓN:

La noche anterior ponemos las fabas a remojo en agua fría.

Al día siguiente las echamos en la pota y las cubrimos con agua fría (el agua tiene que quedar más o menos un dedo por encima de los chichos), picamos el ajo y la cebolla muy menudos y lo añadimos a las fabas  Añadimos también el pimentón, la sal, el vino blanco y por último el aceite. Yo siempre echo el aceite al final, así al quedar encima hace una especie de película y conserva mejor los olores y los sabores.

Las ponemos a fuego lento, tienen que cocerse muy despacio. De vez en cuando le damos un suave meneo a la pota y si es necesario añadirle más agua la echamos caliente, poco a poco para que no dejen de hervir, más o menos unas dos horas, depende mucho de la calidad de la faba.

Cuando veamos que están casi hechas añadimos las patatas troceadas y seguimos cociéndolos.
Si es posible dejarlas reposar unas horas.

Se sirven muy calientes.





31 octubre, 2011

GARBANZOS CON MIGAS DE BACALAO Y LANGOSTINOS

Hoy toca un plato de legumbres y de cuchara, que ya empieza a apetecer. Los garbanzos admiten todo tipo de sabores, pescados, cerdo, verduras, y con todos  están fantásticos. Hoy los  he preparado con  migas de bacalao y langostinos, igualmente se le puede añadir cualquier tipo molusco, eso a vuestra elección.

Lo importante en esta receta es dedicarle tiempo a la salsa tiene que hacerse con tiempo, que vaya despacio y cojiendo  todos  los sabores. Por  lo  demás es sencilla y  son de  esas  recetas  que están  mejor cuando han  reposado, así que  fácilmente la  podemos preparar  el día  anterior  y  si sobra, se  congela sin ningún problema, está igual de rico.






INGREDIENTES:

2 tazas grandes de garbanzos
8 langostinos.
1/2 kg de migas de bacalao.
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
1/4 pimiento rojo.
2 cucharadas soperas de tomate casero
2 rebanadas de pan.
Pimentón.
Aceite.
Sal.


PREPARACIÓN:

El día anterior ponemos las migas de bacalao a desalar, le cambiamos el agua a lo largo del día unas tres veces. Si en lugar de migas utilizamos trozos mayores, tenemos que ponerlos con más antelación, para que desalen bien.

La noche anterior ponemos los garbanzos a remojo en agua un poco tibia.

Ponemos un poco de aceite de oliva en una sartén, cuando está caliente añadimos los dientes de ajo y los dejamos dorar. Cuando estén dorados añadimos la cebolla picada y el trozo de pimiento troceado y lo dejamos pochar hasta que coja buen color. Echamos 4 cabezas de langostinos a la salsa, con una cuchara de madera las aplastamos para que echen todo el sabor. Mientras tostamos las dos rebanas de pan. A continuación añadimos a la salsa el tomate frito y las dos rebanadas de pan que habremos tostado. Lo dejamos que se haga todo muy bien. Incorporamos el pimentón dulce y un poquito de agua. Salamos. Cuando veamos que la salsa está bien hecha, la batimos con la batidora y después la pasamos por el pasapuré.

En una olla grande ponemos agua a calentar, cuando hierva echamos los garbanzos escurridos, el agua tiene que cubrirlos por completo, más o menos dos dedos por encima de los garbanzos. Al empezar a cocer le vamos quitando la espuma que sale, cuando terminamos de espumarlos añadimos la salsa caliente, y dejamos que vayan cociendo muy despacito, durante aproximadamente hora y media o dos horas, esto dependerá de los garbanzos y del agua. Si durante la cocción vemos que nos quedan secos, añadimos poco a poco agua siempre caliente.

Cuando le falten aproximadamente 15 minutos incorporamos las migas de bacalao. A mí me gusta que estén bien desmenuzadas. Cuando falten unos 5 minutos añadimos los langostinos, rectificamos de sal y lo apartamos del fuego.

A mí me gusta que el bacalao esté muy desmenuzado, pero si queréis que se encuentren los trozos, las añadís cuando los langostinos.
Se sirven bien calientes.






14 julio, 2011

LENTEJAS

Hoy tocan lentejas. Esta es una receta de mi madre, le quedan estupendas, así que  yo me limito a copiársela.

Para mí es siempre una receta de inverno, pero como este  julio nos viene un poco otoñal, apetece un plato caliente. Os la he puesto como un primer plato, sin embargo es más bien un plato único ya que aporta los nutrientes necesarios para considerarlo como tal.

Comentando esta receta con varias compañeras pocas las hacen así, casi todas las cocinan estofadas, otras ponen las lentejas a remojo, en fin, cada uno a su manera; en mi casa siempre se prepararon así; esta es una receta de mi madre heredada de mi abuela, como os comentaba al principio yo solo la copio.

Bueno, vamos a ello.

INGREDIENTES:

1 taza grande de lentejas pardinas.
1/2 cebolla.
Un poco de calabacín (opcional).
1 chorizo grande o dos pequeños.
Un trozo de lacón o de jamón.
Una morcilla (opcional, depende de lo contundente que queráis hacer el plato).
2 patatas medianas.
Una cucharadita de pimentón dulce.
Aceite.
Agua.
Sal.

PREPARACIÓN:

Lo primero que vamos a hacer poner los chorizos y la morcilla (yo hoy no la eché) a cocer con un poco de agua para que suelten la grasa.

A continuación picamos la cebolla y el calabacín muy menudito y lo ponemos a pasar muy despacio en un poco de aceite. Cuando esté bastante pochado echamos el chorizo y la morcilla (a medio cocer) y el jamón en trozos para que se haga con el sofrito. A última hora añadimos el pimentón y reservamos.

Mientras se va haciendo el sofrito escogemos las lentejas por si hay alguna picada. Las ponemos en una pota con agua fría y las escaldamos durante unos 4 minutos. Las escurrimos.

Se pelan las patatas y se cascan (hay que romperlas con el cuchillo al trocearlas, sin llegar a cortarlas del todo, para que engorden el caldo).

Añadimos las patatas y el sofrito a las lentejas y las rehogamos durante unos 2-3 minutos y echamos agua caliente hasta cubrirlas; no hay que poner demasiado agua, solo para cubrirlas.

Las dejamos cocer muy despacito, controlamos un poco el caldo por si es necesario añadir más agua(siempre caliente).

Rectificamos de sal (hay que tener un poco de cuidado con la sal ya que el jamón o el lacón las sala bastente) y listas.