Otra
receta bien sencilla. Bueno, es otra manera de comer una
tortilla de patatas, la diferencia es que está rellena de jamón y
queso, con un toque de horno y con las patatas picadas “chatas”como
las hace mi madre.
Una receta cómoda ya que podemos preparar las tortillas y a la hora de comer la metemos en el horno.
Espero que os guste.
Una receta cómoda ya que podemos preparar las tortillas y a la hora de comer la metemos en el horno.
Espero que os guste.
INGREDIENTES:
(para cada tortilla)
2 patatas medianas
2-3
huevos
Sal con
ajo (para adobar las patatas)
Para el
relleno: jamón york y queso
PREPARACIÓN:
Pelamos y
lavamos las patatas. Las picamos “chatas” como si fuesen patatas
chips. Las salamos con sal y ajo.
En una
sartén ponemos abundante aceite de oliva para freír las patatas.
Una vez fritas las escurrimos y reservamos. Tenemos que freírlas en
varias tandas porque si no se nos pegarán y lo que queremos es que
nos queden fritas con un punto crujiente.
En este
punto encendemos el horno a 190º en posición arriba y abajo.
Ahora
vamos a cuajar las tortillas. En una sartén (yo utilicé una
rectangular) echamos un poco de aceite y ponemos a fuego más bien
fuerte. En un bol amplio batimos los huevos, echamos un tercio de las
patatas, revolvemos y volcamos la mezcla sobre la sartén. Si fuese
necesario bajamos un poco el fuego, cuando esté dorada por un lado
le damos la vuelta y doramos por el otro. No debe quedar
excesivamente hecha, ya que después la vamos a meter al horno y secará un poco.
Hacemos
lo mismo con las otras dos.
Una vez
tengamos hechas las tres tortillas, las preparamos para meterlas al horno.
En una fuente o plato apto para el horno ponemos una tortilla, encima
colocamos una capa de jamón york y otra de queso, ponemos otra
tortilla la cubrimos también con jamón y queso y por último la
tortilla que nos queda. Cortamos ya el pastel en porciones y metemos
al horno lo justo hasta que veamos que el queso está fundido y va
cayendo por los laterales. Sacamos y servimos caliente.