Esta es una receta mezcla del pollo al limón y la de conejo al horno en la que prima el sabor y el aroma de limones confitados a la sal. Aunque si no tenéis estos limones preparados se puede añadir la corteza del limón a la hora de cocer el pollo y un buen chorro de limón.
Es sencilla, solo hay dejar que el pollo absorba el sabor del adobo (para mí fundamental), pelar y cortar las patatas y el horno ya hace lo demás.
INGREDIENTES:
1 pollo
1 cebolla
grande
3 patatas
½ limón
confitado (opcional)
Para el
adobo:
3 dientes
de ajo
½ vaso
de aceite de oliva
½ vaso
de vino blanco
Perejil
Sal
PREPARACIÓN:
Machacamos
los ajos en el mortero, después añadimos el perejil picado muy
menudo, incorporamos el aceite y vino blanco y removemos bien.
Untamos
bien el pollo con el adobo (vamos metiendo trozo a trozo el pollo en
el mortero y lo mojamos bien), lo salamos. Lo vamos poniendo en un bol
amplio y lo dejamos en adobo mínimo 2-3 horas (se puede dejar toda
la noche).
Encendemos
el horno a 180-190º en posición arriba y abajo.
Untamos
un molde apto para el horno con aceite (debe ser amplio, nos puede servir la misma bandeja del horno)
Pelamos
las patatas y las partimos en dos (vamos a procurar que queden más
bien grandes).
Pelamos y
picamos la cebolla.
Vamos
poniendo en la fuente el pollo, la cebolla y las patatas y todo el
majado que nos haya quedado en el bol.
Una vez
que el horno esté caliente lo metemos dentro y dejamos que se haga
unos 40-50 minutos hasta que coja un buen color dorado. Pasado este
tiempo sacamos la bandeja del horno. Miramos si las patatas están
hechas, y si es así las sacamos y las reservamos tapadas. Sacamos
los trozos de pollo, pasamos la salsa por el pasapuré, Volvemos a poner en la bandeja los trozos de pollo (que habremos dado la vuelta para que se doren por el otro lado),
echamos la salsa y los trozos de limón confitado y dejamos que se haga unos
15 minutos más (ahora colocaremos la bandeja una posición más alta).
Podemos
pinchar los trozos de pollo para saber si están hechos, si están
suavecitos podemos servirlos, si no lo dejaremos un poco más.
Si no se
consume en el momento o si nos sobra para otro día se puede calentar
perfectamente en una pota en la cocina.